Imposible

Hablemos de creer lo increíble.

yo era ateo, pero ahora creo

Tenia apuntado una lección de los Rothschild.

Pero me he cruzado con una historia que me ha tocado.

Y ya tú sabes que de todas las historias se puede sacar algo. De esta, más.

Sobre todo si eres ateo. Ateo del sistema, digo. Ateo de que las cosas son como son y ya. Que no puede cambiar, que eres pobre o medio pobre y pobre serás y que el mejor padre es el Estado, que me lo ha dicho un medio de comunicación muy respetable y respetado financiado, de nuevo, por… el Estado. El sistema.

Joe, perdona.

Tenme paciencia.

Bueno la historia es la de Vinny. Vinny Pazienzia.

Y no. Este no Vinny, vidi, vici.

Este hizo honor a su apellido y creyó. Muy fuerte, duro, como se consigue.

Vinny era un boxeador que sufrió de lo lindo para llegar a ser campeón.

Su vida nos daría para una serie eterna de emails. Quizás lo haga. Pero te la resumo rápido.

Después de ser campeón por segunda vez todo se fue a la mierda.

Le dijeron: Vinny, no podrás boxear. Confórmate si puedes andar.

Y es que después de un entrenamiento se había estrellado con el coche.

Se partió el cuello.

Se fracturó las vértebras C2 y C4. Y (cuidado con el y), se dislocó la C5. Un mal movimiento de la C5 provocaría una tetraplejia.

Salió del hospital con una especie de caja que sujetaba su cabeza para que no pudiese moverse. Tenía cuatro tornillos fijados a su cráneo y la parte inferior se apoyaba en sus hombros.

En ese momento empezó su leyenda.

Sí, cuando nadie creía en él, cuando todo estaba perdido, cuando no había esperanza… él le dio la vuelta. No se lo creyó. No fue ateo de sí mismo.

Lo normal, incluso lo cariñoso, era decirle que se cuidara de hacer nada.

Que la vida es así.

Que bastante suerte con lo que tiene.

Pero miró más allá. Se propuso volver a ser campeón.

Empezó a levantar pesas sin que nadie se enterara.

Empezó a darle al saco mientras se le caían las lágrimas del dolor.

Empezó con el sparring cuando nadie quería ni acercarse porque de una cachetada podían dejarle tetrapléjico.

Empezó.

Ya sabes, ¿no?

Lo consiguió.

Fue campeón.

Saca tú tu lección.

Te traigo una que ya la habrás ido “viendo”.

Parece que hay algo que está roto en el sistema financiero. Y todo el mundo nos dice que no tiene arreglo, que no hay solución, que hay que conformarse, que no está tan mal.

Bueno, pues igual hay que atreverse a pensar distinto. A desafiar. A empezar.

Y a no venirse abajo.

Ah, sí, abajo sí.

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