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Mariconeo
para llevar una doble vida
ahora que nos ponen la alfombrita roja vienen conmigo
El Papa Francisco ha solicitado a los obispos italianos que no ordenen sacerdotes ni admitan en el seminario a personas homosexuales.
Pero no lo ha dicho así. No.
Se lo ha pedido a puerta cerrada, en un encuentro en el que ha usado un tono bastante coloquial que ha incluido una expresión poco delicada: «Creo que hay demasiada mariconería en ciertos seminarios», habría dicho.
Y a la vez que les ha rogado que «acompañen» con «respeto y delicadeza» a los candidatos rechazados, les ha confiado que «por experiencia» piensa que es mejor que no entren en el seminario y no se conviertan en sacerdotes.
De risa, o qué.
Naturalmente, el Papa, que no habla el idioma de Dante como lengua nativa, no era consciente de que la palabra italiana «frociaggine» es muy ofensiva. En su familia hablaba el dialecto piamontés, no el italiano.
Pues eso, que ha dicho que hay mucho mariconeo.
Y la gente lo ha escuchado, lo ha entendido. Claro. Muy claro. Mucho.
Si no, ¿por qué se ha armado tanto revuelo?
Pues parece que le han desplumado al papá por esas declaraciones.
Por hablar claro, sin mariconadas. O al revés, perdona.
¿Y?
En Banca Sin Bancos se habla como el Papa, para que se entienda. Hazme caso que lo vas a entender. Y cuando lo entiendas igual se te arma un revuelo.
Porque cuando lo entiendes no vas a hablar italiano ni piamontés, pero igual juras en arameo (o en hebreo, nos ha judío).
Cuando te das cuenta de lo que estás perdiendo porque te lo están ganando otros, te dan ganas de dejarte de mariconerías y empezar a cambiar cosas.
¿Qué cosas? Te lo explica Paco. Porque…
¿Por qué ha dicho eso el Papa?
Porque puede. Y por esto:
Ha explicado que le preocupa que acaben llevando una doble vida, continuando con la práctica de la homosexualidad, y sufriendo ellos mismos por el disimulo.
Seré malo, pero a mí me da la gracia. Y no precisamente divina.
En fin, date de baja si te ofende. De la Iglesia también. No te andes con… jajaj
Por defecto profesional nos acordamos otra vez de Banca Sin Bancos.
Cómo no.
Tener dos caras nunca está bien.
Es mal. Pero es un peligro que corres con Banca Sin Bancos.
¿Por qué?
Pues porque cuándo descubres cómo te la juega el sistema financiero tradicional y que hay uno alternativo muy jugoso… Vas a tener la tentación.
La tentación de jugar a dos bandas. De probar lo que algunos dicen prohibido.
O puede que hasta te de por cambiarte completamente de acera.
Y lo podrás hacer.
Y vas a ganar (mucho).
Y puede que te ves forzado a disimular.
Pero tranquilo, no vas a sufrir.
Es abajo. Quién sabe si dentro de poco ya no se pueda entrar…
Abajo, ¿por tu bien?