Mejor que fallar

Es un mal intento

Una vez le leí a un tío esto: “mejor que fallar, es un mal intento”.

Y esto es un mal intento. Pero al menos, espero no fallar (del todo).

Verás, la idea era seguir con el épico y acertado intento de los 7 jóvenes que desafiaron y desafían el pizzo.

Pero, a veces se complica. Y procedo a contarte una vida que no te importa.

Son las 14:15 en España, las 13:15 en el país vecino.

Mi idea era enviarte correos de lunes a viernes (aprovecha ahora para el unsubscribe si lo ves excesivo, aburrido o esto no va contigo).

De hecho, luego pensé en hacerlo de domingo a viernes. Descanso de sabbath (mal tema ahora, aunque estaba pensado de antes).

Y en este momento, aquí, en Portugal he tenido problemilla con el roaming. Aunque por todos lados hay wifi. Más problema es tener a los colegas y familia en la playa con un tiempo espectacular.

Todavía estoy mojado del baño.

Así que aquí, desde el chiringo, mendigando wifi y enchufe me ha picado la conciencia. Aunque sea tarde (esperaba enviar a 13:55 hora del “día de hoy”), aunque no pueda reflejar esa idea de los valientes jóvenes… aquí estamos con el compromiso.

A ver mañana, que igual volvemos al cuasi fallo.

Aunque sí me acuerdo de esto. Que es rápido.

En el funeral de Libero Grassi, mientras su familia portaba el féretro (joe, parece adrede, está sonando Pavarotti ahora mismo cual réquiem) uno de sus hijos levantó el brazo bien alto.

E hizo una señal que paro la sonrisa de la mafia.

Un mensaje al sistema

Banca sin Bancos tiene ese mismo espíritu.

Librarnos de la ignorancia de un sistema financiero orquestado para que no nos demos cuenta de lo que podemos hacer con nuestro dinero.

Que sea más dinero y más nuestro.

Si este mensaje te lo quieres quedar para ti, cero problemas.

Pero, si quieres compartir el mensaje como Libero, su familia y esos jóvenes:

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