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Una SEMILLA plantada en tu cabeza
¿hasta dónde te crece? ¿es inDIGNO?
En este correo (el de ayer) empezamos a sembrar la semilla del pizzo.
El que nos están metiendo sin enterarnos
Uno que sí se enteraba y se lo quisieron meter bien pero no pudieron fue al bueno de Libero Grassi. Le metieron otra cosa, balas.
Su muerte por DIGNIDAD, ¿quedó en nada?
Claro que no.
Tenemos una familia, una cosa nostra, que nos abraza y protege: El Gobierno.
Atente al sistema.
Cuando mataron a Libero, su viuda, Pina, quedó devastada.
No sólo estaba desolada, es que se quedó sola. Se encontró en la más sublime ignorancia por parte del Estado. Silencio.
Uno más que dio la espalda (abajo una declaración que te rompe).
Pero como buena mujer, lejos de achantarse, dio la lucha.
Se pasó al contraataque. A luchar contra el sistema desde el sistema.
Vaya, que se metió a la mafia. Perdón, al gobierno.
Fue elegida senadora en el 92 e inició varias medidas para luchar contra la extorsión. ¿Consiguió algo?
Algo consiguió, que los cambios no son fáciles. Pero parece que le pasó lo que le pasa a la buena gente cuando entra en política… que… hizo lo que pudo.
Y poco pudo desde ahí. Porque el pizzo sigue. Ahí.
PERO.
La lucha de esta señora por defender la dignidad y que no se olvide la muerte de otro señor, no fue en vano.
No lo fue. Lo primero, por su dignidad; lo segundo, por…
Bueno, lo segundo para el siguiente correo. Que Chi la dura la vince. De eso va.
¿Qué sacas de esta señora? ¿Qué tendrá que ver con la banca, los bancos? ¿La banca sin bancos?
Again, que hay que tener dignidad.
La misma que tuvo su difunto marido.
¿Brazos caídos? ¿¡Qué es eso!?
Se buscó la vida ante la injusticia y la inacción de los que se esperaba que debería de hacer algo. E hizo cosas.
Y pasaron cosas.
Pasan cosas. Pasarán cosas por lo que hizo (siguiente correo).
Eso sí, parece que desde el propio sistema “ALGO” se puede conseguir (sacaron algunas leyes que tuvieron un efecto. Pero ya ves, que ya tal… que no hubo mucho historia ahí).
Sin embargo, inspiró a gente. A gente con ganas, que unidos sin contar con el ente central del Estado, parece que están consiguiendo cosas (siguiente).
De igual forma, desde el sistema financiero mismo puedes conocer sus reglas y evitar que te engañen y roben cual pizzo. Aunque, la verdad, el verdadero cambio, está en otro sistema que no depende de ese ente central.
¿Se entiende? Me la juego a que no. Mañana más.
De nuevo, te invito a sospechar: Cui niente sa, di niente dubita.
Mientras tanto (y hasta que pueda rascar tu cuenta bancaria) imitaré a Libero Grassi y a Pina Maisano haciendo llamamiento a sumarnos en rebelión, a ser más (por supuesto, se vale dar la espalda):
(Debajo unos PDs en honor a Pina y su marido)