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Misa (¿Cama...?)
Con Clemente sin clemencia
El domingo pasado hubo “hostias”.
(por si no estabas, empezamos a ver la historia del Banco Vaticano. Tela)
Por repasar un poquito el affair de la Iglesia con la Banca:
La Iglesia al principio no quería saber na’ de préstamos y movidas.
Luego (con la excusa de ayudar, y probablemente lo hizo) montó el “negocio” de los empeños con los Montes de Piedad.
Pero al poco vino el dios Mammón con la avaricia. La vista les traicionó mirando hacia Florencia y los Médici, los primeros banqueros.
Y ahí empiezan los albores de una banca con objetivos que se esperaban nobles. Esos de la Santa Madre Iglesia y su Vaticano.
Pero resulta que empezaron a vender humo. Y no de botafumeiro.
Empezaron las Bulas.
Como vimos en el anterior correo, a Cosme de Médici (el banquero verdadero), le costaba conciliar el sueño por ser un pecador (la “usura” era pecado y de aquellas cualquier préstamo a interés lo era). Un infierno caliente le esperaba.
Pero el poderoso caballero llegó a un acuerdo con el papá Eugenio IV para comprarse el billete al cielo (10.000 florines).
Y ahí empezó el filón de las Bulas Papales.
Lo que significa que también empezó el tonteo entre la cruz y el vil metal bancarizado. Una nueva máquina de hacer dinero está a punto de florecer.
El papa Clemente no va a tener clemencia (perdona) con la oportunidad.
En 1526, Clemente VII se lanza al abismo: pone en circulación un préstamo de 200.000 ducados al 10% de interés.
Esa fue la primera vez. Y le alabaron el gusto.
La usura ya no es un problema, es un don Mammón.
Y así, poco a poco, el Vaticano se convirtió en una máquina de hacer dinero.
Esa búsqueda de aumentar ingresos, ese disfrute del pecado, esa avaricia fue transformando el modelo económico eclesiástico.
Pasaron de depender de los réditos de su patrimonio (que tienen poco) al desarrollo de mecanismos de financiación complejos que sirvieran para sus propósitos.
Que la guerra santa no es barata (y las Cruzadas tampoco).
La cosa se empieza a calentar tanto que pronto necesitarán de una nueva figura. Fumata blanca a: El Camarlengo.
Que ya si eso el próximo domingo.
Y me repetiré con esto: puede ser un bulo pero lo de abajo te aleja del infierno financiero que cada día esta (y estará) más caliente.
Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hacéis.(Juan 13:17)
Abajo (y algo más)