¿Quién quieres?

filias raras

volver a ser de repente tan frágil como un segundo

Ayer te conté mis aventuras bancarias.

Mucho aprecio al a banca tradicional ya ves que no tengo.

¿Por qué?

 

Porque se aprovecha de la ignorancia de las personitas. Ignorancia financiera.

Ojo, ¿la culpa de la ignorancia financiera de la gente es de la banca?

Claro que no, bro.

El único responsable es el propio ignorante.

Bueno, vale, el Estado colabora un poco en mantenerte incauto y no digamos los medios de super comunicación información.

Pero si uno se da cuenta de que es ignorante, el responsable es él mismo.

¿Amén? Amén.

 

Por si no te queda claro a qué llamo “aprovecharse de la ignorancia financiera de la gente”, me refiero a esto (solo un ejemplo, real):

Llega al banco una señora, funcionaria (uy que guay piensa el banquere). Además viene con ingresos en la escala alta de los funcionarios.

Oye, que encima tiene varias propiedades a su nombre.

Esta tía tiene una capacidad de pago de 2.000 euros al mes, pues…

Venga, que firme un préstamo con compromisos de pago de 7.000 pavos al mes y luego ya veremos.

A mí (piensa el banquere) me va a venir a felicitar mi jefe de zona. Tremenda palmadita en la espalda me va a dar. Igual hasta me dan el premio al empleado del mes. Uyyyyy que paguita de productividad que me va a caer.

¿Rico? haciendo pobres.

 

Exacto, eso es ser un hijo de la gran ramera.

Por supuesto que la banca tradicional comercial (y la banca con mayúsculas) aquí es la mala. El enemigo. El Satanás de los domingos.

Pero cuando ya sabes que la banca tiene sus armas, tú eres el responsable de tu ignorancia y de no querer armarte para ganar esa lucha.

Porque ahora (más que nunca) te puedes aprovechar de la banca.

La tecnología es la mejor arma para ello.

Una tecnología que te permite hacer banca sin bancos.

Lo que no vamos a hacer es engañar.

Bueno, es que no se puede. A no ser que te quieras hacer trampas al solitario.

Bueno, ¿que quién quieres que gane dinero, fuerte?

¿Tú o tu banco?

Abajo

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