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Adios
espero que te haya servido
(Historia de la mafia y su pizzo. De Italia y su dignidad. Si te has perdido el cuento y su conexión con la banca y… igual quieres perder tu tiempo repasando esto, este y esta. Y el de ayer)
Hoy me despido.
Me despido del Pizzo y su historia.
De sus paralelismos con el sistema bancario que tenemos, rodeado de cómplices que lo alimentan. Lejos de hacer algo, lo impulsan.
Sin embargo, hay un movimiento de resistencia que partió del digno grito de Libero Grassi. El movimiento de Addiopizzo.
Ya hemos hablado de él, de cómo surgió.
En la carta que enviaron al periódico La Republica hay auténticas perlas de enseñanza, dignidad y sutileza. Y es que, además, eran finos (continuas menciones a La Divina Comedia).
Una de las frases que pusieron, y que cuaja mucho con el sistema financiero que nos domina, es esta (todo un examen de conciencia):
“
¿Cuándo vamos de compras diariamente se nos ha ocurrido pensar que nuestra compra está ayudando a mantener a la mafia?
Por supuesto que no,
pero así es.
Si las panaderías, las tiendas de ropa, estancos, bares, carnicerías, pescaderías, librerías, cines, floristerías, tiendas de juguetes, funerarias, etc., se ven obligadas a pagar dinero para su protección, lo hacen gracias a nuestras compras.
Si un porcentaje de los ingresos de los comerciantes se destina a financiar la mafia, un porcentaje de nuestro dinero, aunque sea mínimo, también financia la mafia.
”
Pum! Un disparo a la conciencia colectiva.
A ver, que no se dice que sea fácil o inevitable. Pero da qué pesar, ¿no?
El sistema bancario (e incluso los impuestos, el pizzo Estatal) son semejantes. Y en ocasiones, hasta más perversos (que sí, que son para la educación de los niños, las pirulas de los abuelos y poder ir a 120 en carretera).
Bueno, lo dicho, en parte inevitable. Pero en otra parte… (¿BsB?)
La carta sigue.
Estos italianos saben meterle el dedo a tu conciencia:
“
Los comerciantes pagan para que no incendien su negocio o para evitar los actos de intimidación.
Todos nosotros también pagamos, tenemos que pagar para proteger y acallar nuestra conciencia que nos recuerda que somos esclavos de un sistema generalizado de prevaricación violenta.
Pagamos para olvidar que la red con la que la mafia se sustenta y nos oprime la tejemos nosotros mismos cada día
”
Pumba!
Otra vez, directo a la conciencia, a la dignidad.
Todos tenemos que pasar por el sistema bancario. Es impepinable a no ser que te vayas al monte a vivir sin cables, que seguro que es ideal. Pero si no, te toca pasar por caja, y la banca siempre gana.
¿Pero cómo gana? Pues en muchas ocasiones de la forma más inmoral. Y nosotros participamos de ellos.
Sí… es inevitable, pero… ¿se podrá hacer algo? ¿algo así cómo un addiopizzo?
Habrá que intentarlo al menos. Y eso vamos a hacer aquí. Por lo menos, quiero sentir que algo estamos haciendo empezando a difundir la palabra.
Y última aportación de los dignos espagueti para el adiós:
“
somos hombres y mujeres bastante normales, ciertamente algo rebeldes, diferentes, incómodos y soñadores.
Ahora tiene la palabra el pueblo de Sicilia.
”
Bueno, en realidad, Sicilia y tú.
(Abajo, un par de PD con la fuente de origen de estos correos y con otra cosa)